El pasado sábado, 11 de junio, se realizó un proyecto a cargo de los estudiantes de grado once (11°) en la fundación “Caudal de vida”, esta es una comunidad apasionada por Dios, que cree en la sanidad interior y en la unidad de la familia como principio y base del Reino de los cielos, su objetivo es alcanzar con el Evangelio Cuadrangular a personas que influyan en y desde las ciudades para una transformación de nuestra sociedad y el mundo. Este proyecto se llevó a cabo con el fin de ayudar a estos niños con situaciones socioeconómicas desfavorables, poder llevarles un refrigerio y pasar un rato agradable lleno de alegría y emociones.
Todo inició en horas de la mañana, los estudiantes se reunieron en la institución para preparar todos los refrigerios que se darían y los recursos necesarios para las actividades planeadas para ese gran día, toda la mañana estuvieron preparándose y planeando, se evidenció un trabajo en equipo por parte de los estudiantes ya que entre ellos lograron discutir ideas y llevarlas a cabo. Al finalizar toda esta preparación se dividieron en grupos para dirigirse a la fundación, al llegar los recibió el profesor Arturo Insignares quien los dirigió al sitio mientras les iba contando un poco acerca de esta fundación, ya todos en el salón fueron organizando el sitio, unos minutos más tarde empezaron a llegar muchos niños felices por conocer gente nueva. En un principio se realizaron actividades “rompe hielo” con el fin de conocer mejor estos niños y viceversa, pasado unos minutos se empezó la primera actividad planeada del día y los cuales eran 2 juegos; el gato y el ratón y el corazón de la piña.
En el primer juego, debían todos los niños formar un círculo y dejar a varios niños dentro de este círculo, el objetivo era que el gato que estaba afuera no podía pasar y cazar a estos ratones. El segundo era ir enrollando para formar el corazón de una piña, fue un momento lleno de risas y momentos inolvidables. Al finalizar estos dos juegos se les dio los refrigerios que habían preparado los estudiantes, todos quedaron contentos con este pequeño detalle, ya que pedían por más. Cuando la gran mayoría terminó la merienda, era la hora de despedirse, les dimos las gracias por formar parte de este gran proyecto y tuvieron un tiempo para tomarse fotos con todos los niños, sin duda fue un día satisfactorio para todos los partícipes de este proyecto, ver esas sonrisas y felicidad en los niños dejó un gran mensaje en los estudiantes.
Para concluir, fue un proyecto que nació del corazón por parte de los estudiantes, este tipo de actividades hace que valoremos las cosas que tenemos, evidenciar la importancia de este tipo de ayudas en los demás y ver cómo afecta en la vida de esos niños. Ser parte de este proyecto fue una experiencia única en la vida que genera más que todo felicidad y deja muchas ganas de seguir haciéndolo.
Por Jeisson Zapata
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