El club de robótica ha sido una muy agradable experiencia, desde el primer
momento en el que solamente era teoría, tornándose “aburridora” como ellos lo
expresaban, hasta el día de hoy que ya hacen sus primeros circuitos. Se ha
avanzado en la temática de manera sorprendente, pero más importante aún, en el interés que el club genera.
Eran muchas las expectativas que vislumbraba en cada uno de ellos, su interés
por jugar, los acertijos, los retos, pero sobre todo su deseo de aprender, siendo
esta última la detonante que me ha impulsado en hacer un trabajo cada vez mejor;
aunque en un comienzo hubiese sido más fácil para todos haber llevado todo
armado y que solo tuvieran que ensamblar, esa nunca fue la idea, sus grandes
capacidades están permitiendo llevar a cabo trabajos de investigación e
ingeniería, ¡y vaya! que se ven los resultados, estudiantes de sexto a noveno
grado programando en texto y no en bloques, analizando y haciendo circuitos
desde su esquemático y no como dibujos, haciendo cosas que otros creían
imposible que un niño desarrollara.
Las expectativas en robótica son grandes, se espera un gran crecimiento
académico, donde desarrollen habilidades de análisis y lógica, que les permita
enfrentarse a la resolución de problemas con éxito, que aprendan el valor de la
perseverancia y la disciplina, tan importantes en este ámbito, puesto que deberán
hacer muchos intentos antes de conseguir algo. Pero también se espera que se
diviertan, no se debe hacer algo en la vida que no apasione, que sueñen día a día
con cosas más grandes que ellos, así que guiarlos en ese camino será mi labor de
aquí en adelante, a cada uno de ellos les prometo esforzarme y entregarlo todo
para que puedan cumplir todas sus expectativas y sueños.
BY Oscar David Pérez Vargas/Docente GCF
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